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«Mejora la calidad de vida
a niños y adolescentes
con cerebro y corazón»
Ayudamos a menores y sus familias con dificultades en el aprendizaje, desde parámetros:
Neurológicos
Psicológicos
Sensoriales
Motrices
Realizamos una evaluación completa al niño o adolescente que nos permite:
«saber para después hacer»
hacer terapia y o entrenamiento.
Terapias no invasivas para el tratamiento de patologías como dislexia, problemas de aprendizaje, déficit de atención, lecto escritura, hiperactividad, etc.
Para mejorar el desarrollo motriz y neurológico, conseguir la lectura y compresión acorde a la edad lectora y un correcto desarrollo de la lateralidad.
— A las que podemos atender —
Cuando de manera continuada el niño tiene dificultad para seguir instrucciones, le cuesta centrarse en el trabajo escolar, le resulta difícil mantener las tareas cotidianas, acabar las tareas e incluso interactuar socialmente.
Falta de organización y dificultades en el seguimiento de indicaciones, le cuesta hacer planes y tomar decisiones, para ellos es muy complicado organizar y cumplir la agenda, los deberes escolares y la preparación del material que necesita utilizar. En general son niñ@s despistados y con mucha desorganización personal y distracción.
Aparecen dificultades visuales cuando ha aprendido a leer y se pega mucho al texto, se salta palabras o confunde letras, adopta posiciones extrañas con la cabeza, deja de prestar atención, adquiere posturas viciadas al escribir, dolores de cabeza o cervicales, guiña o se frota los ojos de manera habitual, tuerce o cierra un ojo para enfocar, enrojecimiento, irritación, etc.
Los síntomas que presentan los niños con dificultades auditivas, son muy diversos, algunos de ellos pueden ser, dificultad paralocalizar la fuente de sonido, se pueden confundir en el orden de sonido, no diferencian palabras similares, no siempre entienden el habla, malinterpretan u olvidan continuamente las instrucciones verbales, se distraen fácilmente o les molesta el ruido, se cansan a menudo.
Pocas habilidades para deletrear, leer o cantar, dificultades de aprendizaje y comprensión, le cuesta mantener conversaciones.
También pueden presentar falta de participación en clase y pueden tener problemas de integración. Hipersensibilidad o disgusto por algunos sonidos, habla vacilante o mal articulada, entonación plana, monótona, dicen “¿qué?” o “¿eh?” varias veces al día etc.
En los niños con trastornos de lateralidad, se ven afectadas funciones como el lenguaje, la capacidad lógica, aprendizaje de las matemáticas, la comprensión, la concentración, la percepción espacio-temporal.
Su día a día se ve marcado por la lentitud, dificultades en la lectura, el habla y el cálculo, deficiencias en la escritura, falta de concentración, comprensión, dificultades motrices y de coordinación, inseguridad, inestabilidad, desmotivación, ansiedad, angustia, insomnio, etc.
La información necesita rutas de entrada, en lo académico, las más importantes son la ruta auditiva y la ruta visual, pero esta es la primera fase, cuando la información es enviada al cerebro, debe ser reconocida, entendida y almacenada, para poder utilizarla en el contexto adecuado. Esto es la ruta de “salida”.
El procesamiento de la información es el punto intermedio, lo que ocurre entre la “ruta de entrada” y la “ruta de salida”.
Un niño con dificultades en el procesamiento de la información, puede tener problemas para recordar y entender la información, para sostener un lápiz, o correr para comunicarse.
En definitiva problemas cognitivos, motrices o de lenguaje.
Los niños con dificultades en la memoria, tienen problemas para recordar la información necesaria para contestar a una pregunta, seguir la instrucciones que tienen varios pasos, terminar una tarea especialmente si tiene diferentes partes, recordar las palabras que quiere incluir en una frase mientras está escribiendo, olvidos en los procedimientos aritméticos y de cálculo, recordar los pasos de una tarea que ya ha hecho y cuales le faltan, complicaciones en los dictados y todo lo referente a la el recuerdo de información relevante para trabajar.
Son niños lentos en general para todo, para comer, para vestirse y sobre todo para hacer las tareas, el tiempo para ellos es muy difícil de manejar y por más que traten de ir más rápido no pueden.
Estos niños trabajan bien pero a un ritmo muy lento, necesitan más tiempo que los demás para realizar las tareas, de manera que invierten casi toda la tarde en hacer los deberes escolares.
Los niños con ritmo lento, se distraen fácilmente, o interrumpen a menudo el ritmo de trabajo, niños que necesitan ayuda continuamente.
Su dedicación impide que puedan disfrutar de otras actividades necesarias como el juego, el deporte, o la relación con los demás.
El carácter hipotónico se identifica con niños que desde pequeños presentan motilidad reducida, debilidad muscular, disminución del tono muscular. Los niños hipertónicos a diferencia de los niños hipotónicos, son extremadamente ágiles y rápidos, son inquietos, siempre agitados, les cuesta ser constantes y concentrarse, a veces leen tan rápido que se comen letras o sílabas, poseen un exceso de tono muscular.
Nada de lo que ocurre en la vida de nuestros hijos cae en saco roto, todo tiene un componente emocional que a menudo, afecta a otras áreas importantes en nuestra vida, al comportamiento, a la actitud, habilidades sociales y relacionales aspectos psicosomáticos y por supuesto al área cognitiva y de aprendizaje.
Todas las reacciones de carácter emocional deben de ser atendidas en el niño, de lo contrario, será difícil obtener buenos resultados en el tratamiento de las dificultades neurológicas, cognitivas o relacionales. Estos síntomas en ocasiones son trasparentes y otras veces encubiertos o trasformados en reacciones de otra índole, como las comentadas en el párrafo anterior.
Es necesario trabajar factores psicológicos como la autoestima, el autoconcepto o la motivación, para conseguir resultados duraderos en los tratamientos terapéuticos o en los diferentes entrenamientos. El parámetro emocional, cobra una especial relevancia en los niños, pues muchos están en fase de desarrollo de su sistema límbico, que es la zona del cerebro encargada de las emociones.
Reacciones de ira, agresividad, o incluso pasividad o sumisión, son reacciones que es preciso trabajar para conseguir un desarrollo psicológico, emocional y afectivo adecuado en el niño.
Trabajamos en equipo con profesionales del desarrollo infantil
"lo cual nos permite realizar una evaluación completa del menor"